El mundo del cuidado facial ha evolucionado mucho en los últimos años, y uno de los avances más destacados ha sido la incorporación de ácidos en las rutinas de belleza. Aunque suene intimidante, los ácidos son aliados poderosos para renovar la piel, mejorar su textura, tratar imperfecciones y devolverle luminosidad. Sin embargo, no todos los ácidos son adecuados para cualquier tipo de piel, y elegir el correcto puede marcar la diferencia entre obtener resultados increíbles o causar irritaciones no deseadas.
Desde mi experiencia en Centro de Estética Géminis, he visto cómo el uso adecuado de estos activos ha transformado la piel de muchos de nuestros clientes. En este artículo, te explicaré qué tipos de ácidos existen, cómo actúan y, sobre todo, cuál es el más adecuado para tu tipo de rostro.
¿Qué son los ácidos en cosmética y para qué sirven?
Los ácidos cosméticos son ingredientes activos que actúan principalmente como exfoliantes químicos, ayudando a eliminar las células muertas de la superficie de la piel y promoviendo la regeneración celular. Pero su función no se limita solo a la exfoliación: algunos ácidos también tienen propiedades hidratantes, despigmentantes o antiinflamatorias.
La diferencia principal entre los ácidos exfoliantes y los hidratantes radica en su función:
- Ácidos exfoliantes: como el glicólico o salicílico, ayudan a renovar la piel y mejorar la textura.
- Ácidos hidratantes: como el ácido hialurónico, retienen la humedad en la piel y mejoran su elasticidad.
Tipos de ácidos más comunes en el cuidado de la piel
Ácidos alfa-hidroxiácidos (AHA)
Los AHA son solubles en agua y actúan en la superficie de la piel, eliminando las células muertas y mejorando la textura.
- Ácido glicólico: Ideal para pieles normales a secas. Mejora la textura, ilumina y reduce manchas.
- Ácido láctico: Más suave que el glicólico, perfecto para pieles sensibles y deshidratadas.
- Ácido mandélico: Con una molécula más grande, es ideal para pieles sensibles y con tendencia al acné.
Ácidos beta-hidroxiácidos (BHA)
Los BHA son solubles en aceite, lo que les permite penetrar en los poros y limpiar en profundidad.
- Ácido salicílico: El más conocido de los BHA. Es ideal para pieles grasas y con acné, ya que ayuda a desobstruir los poros y reducir la inflamación.
Ácidos polihidroxiácidos (PHA)
Los PHA son la versión más suave de los AHA, por lo que son perfectos para pieles muy sensibles.
- Gluconolactona y ácido lactobiónico: Exfolian de forma suave, a la vez que hidratan y fortalecen la barrera cutánea.
Otros ácidos populares
- Ácido hialurónico: No es un exfoliante, pero es esencial para mantener la piel hidratada.
- Ácido azelaico: Ideal para tratar el acné y las manchas, además de ser apto para pieles sensibles.
- Ácido kójico: Excelente para aclarar manchas y mejorar el tono desigual de la piel.
Cómo elegir el ácido adecuado para tu tipo de piel.
La elección del ácido correcto dependerá de las necesidades específicas de tu piel. Aquí te dejo una guía para que puedas identificar cuál es el más adecuado para ti.
Piel seca o deshidratada
Si tienes la piel seca, lo mejor es optar por AHA suaves como el ácido láctico o el mandélico, que exfolian sin resecar. También puedes combinarlo con ácido hialurónico para mantener la hidratación.
Piel grasa o con acné
Para pieles grasas, el ácido salicílico (BHA) es la mejor opción, ya que penetra en los poros y ayuda a controlar el exceso de sebo. El ácido azelaico también es eficaz para reducir la inflamación y mejorar la textura de la piel.
Piel sensible o con rosácea
Las pieles sensibles necesitan ácidos menos agresivos. Los PHA, como la gluconolactona, son ideales porque exfolian de forma suave y ayudan a calmar la piel. El ácido mandélico es otra excelente opción por su suavidad.
Piel mixta
Si tu piel es mixta, puedes combinar AHA y BHA. Por ejemplo, usar ácido glicólico para mejorar la textura y ácido salicílico para controlar la grasa en la zona T.
Precauciones y cómo usar ácidos en tu rutina
Aunque los ácidos ofrecen muchos beneficios, es fundamental usarlos correctamente para evitar irritaciones o efectos adversos.
Frecuencia de uso
Comienza usando ácidos una o dos veces por semana y aumenta la frecuencia gradualmente según la tolerancia de tu piel. Es recomendable aplicarlos por la noche.
Combinaciones que debes evitar
Evita mezclar ácidos con otros ingredientes activos fuertes como el retinol o la vitamina C en la misma rutina, ya que esto puede causar irritación.
Importancia del protector solar
El uso de ácidos puede hacer que tu piel sea más sensible al sol, por lo que es imprescindible aplicar protector solar todos los días, incluso si no sales de casa.
Tratamientos profesionales con ácidos en nuestro centro de estética.
En Centro de Estética Géminis, ofrecemos peelings químicos personalizados que utilizan diferentes tipos de ácidos según las necesidades de cada piel. A diferencia de los productos de uso doméstico, estos tratamientos son más concentrados y requieren la supervisión de un profesional.
Evaluación y diagnóstico profesional
Antes de realizar cualquier tratamiento con ácidos, llevamos a cabo una evaluación personalizada para asegurarnos de que tu piel reciba el tratamiento adecuado. Puedes consultar nuestros tratamientos faciales
Espero que esta guía te haya ayudado a entender mejor el mundo de los ácidos y cómo pueden transformar tu piel. Si tienes dudas sobre qué ácido es el más adecuado para ti o quieres probar un tratamiento profesional, no dudes en visitarnos en el Centro de estética Géminis . ¡Estaremos encantados de asesorarte!
Fuentes oficiales: